miércoles, marzo 04, 2009

Mesón Gitano, Almería


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fuente: http://www.ideal.es/almeria/20080121/almeria/cuarenta-anos-trabajo-para-20080121.html


Tú haces lo mismo que yo pero a ti te cuesta dinero y a mí me da», le comentó Julio Visconti al artífice del Mesón Gitano, Luis Batles, quien dedicó muchos años de su vida y mucho esfuerzo personal y económico en hacer de cuevas abandonadas en la ladera de La Alcazaba un referente social durante varias décadas.

Hoy, después de que el Ayuntamiento rescatara la concesión, lejos de cumplirse los 50 años otorgados de forma oficial, el objetivo de Batles es ver consolidado de nuevo el emplazamiento con un proyecto firme.

Un total de 35 alojamientos independientes y 80 camas, piscina, terraza para fiestas y un restaurante se convirtieron en el resultado de su trabajo, pero también el convertirse en el «espacio cultural típicamente almeriense por el que pasaron personalidades del mundo de la política, cultura y las artes de la época», resalta Luis Batles, quien alberga en su memoria la fascinación por un proyecto culminado, los recuerdos de miles de anécdotas y los deseos de que el Mesón Gitano vuelva a tener la grandeza de antaño.

Pasaron por el Mesón personajes de la talla de Sean Connery, Yul Brinner o Brigitte Bardó, quien, recuerda Batles, «desapareció por las cuevas del Mesón con Stephen Boyd y estuvieron varias horas buscándolos».

Fue en el transcurso de una fiesta organizada por Batles, una celebración con «miles de anécdotas. Encargamos asar varios corderos y cerdos al estilo pampero. Hicieron una gran fogata en el centro de la explanada, en la que se cocinaba la carne y alumbraba, al igual que otras tantas velas dispuestas en las palas de las chumberas. Llegó Briguitte Bardó, en un fenomenal Rolls blanco; bueno, había por metro cuadrado más artistas de cine que en el mismísimo Hollywood, y finalmente Bardó se encontró con Boyd y se nos perdieron por los recovecos de las cuevas».

Grandeza

«Almería puede ser una de las ciudades más bellas del Mediterráneo y debe hacerse un esfuerzo de imaginación», destaca Luis Batles, quien espera del Ayuntamiento un esfuerzo comparable al que él realizó para devolver el espacio a la ciudad.

Por allí pasaron no sólo personajes de la vida social y cultural a nivel internacional, sino también grandes arquitectos, en este sentido, recuerda Batles la fascinación que el proyecto produjo en Antonio Lamela, artífice de edificios emblemáticos como las torres de Colón o el Santiago Bernabeu en Madrid. Lamela apostaba por el trabajo netamente artesanal en los acabados. «A lo que habíamos hecho con las manos nos daba un diez, mientras que lo realizado con modelos convencionales le gustaba menos. Esa era la esencia del Mesón, contar con un ambiente totalmente típico, y «en las cuevas tradicionales casi todo estaba hecho con las manos».

Lamela, «después de visitar detenidamente las obras en curso, calificó con cero puntos las pretendidas correctas según patrones tradicionales», por eso su aprendiz de entonces, Antoñillo, decidió seguir haciéndolo todo con las manos.

La firma del Mesón Gitano la ostentaba el arquitecto Fernando Casinello, quien apoyó el proyecto de Luis Batles desde sus comienzos, y dirigió la conversión estructural de las viejas cuevas en habitaciones de 'motel', debido a que contaban con entradas independientes.

Humildad

Según el artífice del proyecto, su arquitecto, Casinello «comprendió la idea central del mismo: El Mesón debía ser exponente genuino de la mentalidad y sentir de los habitantes de las cuevas recogiendo, en la variedad de sus coloridos y en el adorno de las zonas ajardinadas, la alegría y humildad de sus habitantes».

A distintos niveles y líneas de fachadas y una red común de pasillos ajardinados, el complejo sobrevivió hasta comienzos de los años 80, cuando comenzó a sufrir «saqueos» que desembocaron en el cierre y desaparición del Mesón.

Después de varias décadas, Batles espera que la zona se convierta «en un centro de atracción que revitalice no sólo el Casco Histórico, sino que sus beneficios se extiendan por toda la ciudad. Una zona dedicada a la producción y venta de productos típicamente almerienses, la celebración de fiestas populares y selectas; exposiciones al aire libre y en cuevas de mimbre, hierro, barro, madera, hilaturas o jarapas; y baile y canto flamenco como opción lúdica». En este sentido, considera que sería un «error» el que se tomara un destino diferente a lo que ya había, «en el que estuvieron a punto de caer en anteriores Corporaciones».

Parador

Su visión es muy contrarias a proyectos como los que, a lo largo de estos años, pretendían crear un Parador Nacional. Dentro del Plan de Ordenación de carácter histórico y artístico en los alrededores de La Alcazaba, se establecía así el lugar como idoneo, por su «fisonomía y pictoresquismo», pero no llegó a buen puerto.

Muchos han sido los años de negociación de Batles con el Ayuntamiento, un proceso que prefiere valorar como «desencuentros», frente al «peleón» al que han hecho referencia algunos responsables municipales. «Había puesto de mi parte no sólo esfuerzos, trabajos y sacrificios, sino que había comprometido la hacienda recibida de mis mayores y llegúe a perjudicar el futuro de mis hijos para transformar lo que era un vertedero de basura, un nido de miseria, en lo que llegó a ser, e inicialmente los políticos no querían reconocer dicha labor».

1 comentario:

Anónimo dijo...

No tiene nombre lo de Almería. Podrían hacer los mismo que con los refugios y poner el mesón en valor....