martes, febrero 23, 2010

Turismo rural en Jaen, casas cueva. Hinojares. Casa Cueva Lucia


fuente:http://www.turismoruralenjaen.com/


Ubicación :
HINOJARES. Pequeño municipio de la comarca de Alto Guadalquivir, en la que ocupa una situación central y cuyo término municipal pertenece íntegramente al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.

CASA CUEVA DE LUCIA

Los árabes, cuando en la Edad Media tenían la civilización más avanzada del planeta, nos trajeron las casas-cueva. Las casas cueva han permanecido en el Sur de Cazorla hasta nuestros días, prácticamente sin variaciones en las estructuras, salvo el añadido de un cuerpo de casa anterior donde van los baños y otras instalaciones en las que la fontanería es necesaria.

Teléfono: 953 757558 - 653 137799
Dirección: Comarca Sierra de Cazorla Hinojares, Jaén

Capacidad: 2 - 6Plazas
Modo alquiler: Casa completa
Habitaciones Dobles: 2
Cuartos de baño: 1



LA ZONA DE HINOJARES


Su término municipal es pobre y en ladera hacia el río Guadiana Menor; sólo una pequeña parte, algo más del diez por ciento, es cultivable, siendo el resto apto para pastos u ocupado por matorral, espartizal y tomillar. Alguna superficie de frutales y de olivar y cobre constituyen la fuente de ingresos de sus escasos habitantes.

Para conocer la Prehistoria e Historia Antigua de Hinojares hay que referirse a Los Castellones de Ceal , uno de los más importantes asentamientos ibéricos, localizado en sus inmediaciones. El origen de este asentamiento está en el control de la ruta comercial que desde levante introducía los productos manufacturados griegos en el Valle del Guadalquivir. Está situado en un espolón con una meseta de forma circular, por donde son abundantes los restos de murallas y construcciones de viviendas. El estudio de la fase ibérica de la necrópolis con ricos ajuares en los que aparecen armas y cerámica griega señalan la presencia en este poblado de poderosos personajes aristocráticos. La primera fase de ocupación de este asentamiento fue a finales del siglo VII o VI a C., posteriormente se abandonó hasta que se construyó el poblado ibérico en el siglo IV a. C., que perduró hasta la etapa romana republicana.

El origen de la actual población de Hinojares es incierta, pues no se le cita en los documentos medievales de la conquista de la Sierra de Quesada-Cazorla, aunque el territorio en el que se enclava perteneció tras la conquista a Quesada. Sin embargo, en su término municipal hay aldeas y cortijos cuyos nombres sí aparecen en las crónicas de la conquista castellana. En este periodo se produjo un traslado de la población de la montaña al valle. Uno de estos ejemplos es Cuenca, que fue convertida en aldea de Quesada en 1257. Estaba en la cima de un promontorio, defendida en parte por lo agreste del cerro y por una muralla con, al menos, cuatro torres. Disposición parecida tenía Chillar, que en 1245 era todavía un castillo y en 1257 fue entregada como aldea a Quesada.Hinojares debió de ser una alquería o una nueva fundación en el valle tras la conquista castellana de estas tierras. Hasta 1648 dependió de Quesada, pasando entonces a ser aldea de Pozo Alcón.

En 1690 consiguió el título de villa y con ello la independiente de Pozo Alcón. Este título fue parejo a su concesión en señorío temporal a don Íñigo Rodulfo Fernández de Angulo y Sandoval, del hábito de Santiago, quien solicitó al monarca se le concediese la denominación de Hinojares. Este señorío pasó posteriormente a la casa nobiliaria del conde de Arenales, quien solicitó al rey, que el título de Hinojares, quedase para los primogénitos de su casa. A finales del siglo XVIII el marqués de Guadalcázar e Hinojares, era señor honorario de la villa de Hinojares.

El origen de la actual población de Hinojares es difícil de definir pues no se le cita en los documentos medievales de la conquista de la Sierra de Quesada-Cazorla, aunque el territorio en el que se enclava perteneció tras la conquista a esta zona. No obstante, en su término municipal hay aldeas y cortijos cuyos nombres sí aparecen en las crónicas de la conquista castellana. En este periodo se produjo un traslado de la población de la montaña al valle. Uno de estos ejemplos es Cuenca, que fue convertida en aldea de Quesada en 1257. Estaba en la cima de un promontorio, defendida en parte por lo agreste del cerro y por una muralla con, al menos, cuatro torres. Disposición parecida tenía Chillar, que en 1245 era todavía un castillo y en 1257 fue entregada como aldea a Quesada. Hinojares debió de ser una alquería o una nueva fundación en el valle tras la conquista castellana de estas tierras. Hasta 1648 dependió de Quesada, pasando entonces a ser aldea de Pozo Alcón. En 1690 consiguió el título de villa y con ello la independiente de Pozo Alcón. Este título fue parejo a su concesión en señorío temporal a don Íñigo Rodulfo Fernández de Angulo y Sandoval, del hábito de Santiago, quien solicitó al monarca se le concediese la denominación de Hinojares. Este señorío pasó posteriormente a la casa nobiliaria del conde de Arenales, quien solicitó al rey, que el título de Hinojares, quedase para los primogénitos de su casa. A finales del siglo XVIII el marqués de Guadalcázar e Hinojares, era señor honorario de la villa de Hinojares

Tijarafe y las Cuevas de la Candelaria




fuente: http://images.google.es/imgres?imgurl=http://www.chumajek.com/foros/attachment.php%3Fitem%3D2027%26download%3D1&imgrefurl=http://www.chumajek.com/foros/viewtopic.php%3Fid%3D258&usg=__iJXheAV4cDNl8q3oV0ARfd0SBlE=&h=800&w=600&sz=147&hl=es&start=16&um=1&itbs=1&tbnid=LBNTU0_hQBFxsM:&tbnh=143&tbnw=107&prev=/images%3Fq%3Dcasas%2Bcueva%26um%3D1%26hl%3Des%26sa%3DN%26rlz%3D1W1GGLL_es%26tbs%3Disch:1

fuente:Carmen Hernández
El pueblo de Tijarafe, en la isla de la Palma, ocupa el quinto lugar en tamaño de todos los municipios de la isla. La extensión de su superficie es de casi 55 km2, lo cual lo coloca detrás El Paso, Garafia, Mazo y Fuencaliente. Linda al norte con Puntagorda, y al sur con los municipios de Tazacorte y Los Llanos de Aridane, de los cuales lo separa el barranco de Las Angustias, barranco que da salida a las aguas de la Caldera de Taburiente.

La orografía del terreno es muy abrupta y accidentada, y posee una pendiente que se inicia en las cumbres de la isla y desciende hasta el mar mientras y que se muestra cortada por multitud de barrancos. Esta pendiente se suaviza entre los 400 y 800 metros, altura a la que se sitúan casi todos las localidades de la geografía palmera. La costa de Tijarafe está cortada en el tramo final por un impresionante acantilado de unos 200 metros de altura.

La economía de este pueblo trabajador y hacendoso gira en torno de la agricultura y la ganadería. Esta economía nace sobre todo del cultivo del plátano, que por cierto ocupa el 69 por ciento de la población activa. El núcleo urbano se asienta en medio de la carretera general LP.I, de Santa cruz de la Palma a Puntagorda, que atraviesa el municipio de sur a norte. Es a ambos lados de la carretera donde se asientan la mayoría de las casas.


Por tanto, Tijarafe no posee playas ni lugares por donde se pueda acceder fácilmente al mar, por lo que no puede ofrecer actividades acuáticas de ningún tipo. Sin embargo, los habitantes de este pueblo tienen un rincón en un paraje de su costa, que es su orgullo. El Poris de Tijarafe o Cuevas de la Candelaria es un portento de belleza y esfuerzo por parte de los tijaraferos, esfuerzo por disfrutar de un mar que se les niega por lo salvaje de sus costas y la imposibilidad de acceder a ninguna playa.

Este rincón escondido, es una cueva natural, que podría haber sido un refugio de piratas.Ahora es refugio y puertito de pescadores, y en él han construido viviendas incrustadas en la roca de la cueva. No cabe ninguna duda de que el mar tiene una atracción muy grande para el hombre, y el hombre canario no se resigna a no tener el placer de convivir de cerca con el mar que baña a su isla Bonita. Aquí les dejo una espectacular imagen de esta cueva mágica, nacida de la colaboración de la naturaleza y el hombre de nuestra tierra.

lunes, febrero 22, 2010

Casas Cueva Cazorla




Diferente alojamientos en cuevas.

Situación

En el barrio de Cuevas Nuevas, a 500 m. del pueblo de Hinojares, en la falda de la montaña y dentro del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Magníficas vistas del valle del Río Turrilla, a los barrancos del Río Guadiana Menor y a Sierra Nevada.

Las cuevas de Graena se deshacen con el temporal


fuente: El Ideal de Granada


Este tipo de viviendas típicas en la zona no soportan la rudeza de climatología, que lleva dos meses castigándolas con lluvia y nieve constantes
17.02.10 - 00:42 - J. J. PÉREZ | GUADIX.


Angustia, desesperación, hartazgo, miedo, cansancio, intranquilidad... Éste es el cóctel de emociones que produce el temporal que se está viviendo y padeciendo en la localidad de Graena después de dos meses continuos de lluvia y nieve. Las viviendas en cueva muestran las heridas de una climatología adversa y testaruda que se está mostrando perniciosamente con un pueblo construido entre laderas de cerros de arcilla.


José Luis Sánchez y Adoración Rabaneda viven en la misma cueva desde hace más de 30 años. Ha sido la única vivienda de la que han disfrutado durante todo su matrimonio. «Es una cueva pobre, pero en la que se ha podido vivir» comenta la mujer desde una cocina en la que las ollas y las cacerolas son utilizadas para recoger el agua de las goteras.


Triste espera

En la placeta de su cueva se puede disfrutar de uno de los escasos rayos de sol que desde hace varios meses se están dejando ver en la comarca, concretamente, desde el pasado mes de diciembre. Las vistas a una Sierra Nevada preñada de nieve hacen olvidar por un momento el drama de esta familia. Pero una mirada a la puerta de su vivienda nos devuelve rápido a la realidad. El zaguán de la entrada es un bosque de puntales que tratan de sujetar el techo.
«Yo padezco del corazón y llevo dos meses sin dormir, hasta que ayer lo hicimos a casa de una vecina», comenta ella. Las gotas de agua que se filtran por las grietas de la arcilla recuerdan constantemente el peligro. «Tenemos miedo», dice él.
José Tomás es otro vecino de la localidad que tiene que lidiar con el temporal. En el huerto que da acceso a su cueva, un enorme barrizal recibe al visitante. José tiene 77 años y antes de que comenzara el mal tiempo rehabilitaba su vivienda.
El sol no encuentra la fachada blanca típica de las cuevas porque en este caso se ha caído. En el interior un nuevo laberinto de puntales dificultan la entrada y la salida a la vivienda. «¿Dónde me voy a ir yo? ¿Al asilo?», pregunta José.
Más allá, en la calle Fragua, el muro de contención de una rambla se ha derrumbado por el empuje del agua. A menos de 15 centímetros asoma la construcción de otra de las viviendas. Un plástico trata de evitar que el agua se siga filtrando cerro abajo. La cueva de su interior ha sufrido un desplome del techo de parte de la cocina, mientras que en la pared del dormitorio principal ha nacido un pequeño manantial.



Allá en el cerro



Pero son muchos más. El alero de la cueva que tiene el número 15 de la calle Fragua está sobre el piso de la calle donde, además, se amontonan piedras, arcilla, cascotes... El bocado en el cerro se deja ver sobre la puerta. Dentro de la cueva el arco de la bóveda lo recorre una grieta. La situación no es mejor en casa de su vecina, María Contreras, quien ha dejado hace un mes su casa para ir a vivir a la de una amiga que también tiene su vivienda apuntalada. El techo del recibidor está también apuntalado. La cal blanca deja ver el cerro con la arcilla mojada, mientras los cacharros en el suelo recogen el agua de las goteras.