jueves, septiembre 17, 2015

TOPOLANDIA, Costa Rica

Un “hombre topo” demuestra el placer de vivir bajo tierra EN COSTA RICA, UNA CASA ES CONOCIDA COMO “TOPOLANDIA”
El calor y el frío parecen detenerse como si fuera por magia; sin embargo, todo tiene su ciencia. María José Brenes / Costa Rica Adentrarse en sus laberintos es conocer la vida bajo la tierra, un arte distinto que despierta todos los sentidos en quizás la única casa y especie de museo subterráneo de Centroamérica, que se ubica al sur de Costa Rica y es habitada por un "hombre topo”. Su creador, Manuel Barrantes, de 62 años, inició este arduo trabajo hace 10 años, y con tan sólo pico y pala construyó lo que hoy es una pequeña "mina de oro”, donde recibe a turistas y hasta enseña a niños sobre arqueología y geografía. Esta casa, ubicada en Pérez Zeledón, en la zona sur del país centroamericano, es conocida popularmente como "topolandia”, un nombre que le pusieron las personas cercanas que veían diariamente a Barrantes sacando grandes cantidades de tierra. Él fue bautizado por los vecinos como "el hombre topo” y hasta el "cavernícola”. El calor y el frío parecen detenerse como si fuera por magia; sin embargo, todo tiene su ciencia. Según su constructor, este mundo subterráneo sirve de protección para el calentamiento global, lluvias ácidas, bombas y hasta temblores. Son al menos 400 metros cuadrados de túneles, aunque todavía le falta más por construir. Sus paredes y pasillos están adornados con gran variedad de esculturas talladas a mano, entre ellas tortugas, dinosaurios y personajes de la televisión como los Picapiedra y el Chapulín Colorado. La mayor profundidad que alcanza es de 16 metros, con un espacio único y acogedor donde pequeños y grandes pueden hacer un recorrido y disfrutar de sus dimensiones. "Éste es un recorrido brillante, como ir viendo una película de emoción. Es la única en Costa Rica y Centroamérica. No hay cavernas como ésta, sólo en México o Sudamérica”, dijo Barrantes, un hombre con gran carisma y dedicación. Cuenta con habitaciones hechas con camas de piedra, 12 puertas, nueve ventanas que permiten la entrada del aire, sala de conferencias, pozos con aguas cristalinas mineralizadas, baño y ducha, y está iluminada con energía eléctrica. Se puede vivir en ella perfectamente; de hecho, Barrantes duerme ahí muchas veces y hasta tiene un teléfono fijo. Pero también cuenta con una casa en la superficie que comparte con su esposa e hijas. "Yo un día simplemente me vine a pasear a Pérez Zeledón y pensé que podía hacer mi ‘cabañita’ dentro de la tierra. Desde que empecé lo hice como un refugio para mí; una de mis hijas hasta me gritaba que estaba loco, que me iba a quedar enterrado”, dijo Barrantes. Para el conocido "hombre topo”, en distintos países europeos y sudamericanos es común este tipo de hogares donde las personas viven dentro de cuevas o cavernas para protegerse del sol o del frío. De ahí nació su idea. Recorrió un total de 18 países como mochilero, donde trabajó como minero y en España aprendió las técnicas necesarias para excavar, y posteriormente las puso en práctica en su país. (EFE) Más de la"cueva” Búsqueda Durante los 10 años que lleva excavando no ha encontrado oro ni diamantes, pero el placer de continuar ampliando su sueño es suficiente para que cada día que se despierta le retoque algo más a su "cueva”. Mansión "Esto es casi una mansión. Es una estructura que no va a colapsar porque está perfectamente pensada para que se sostenga sola y no lleva nada de cemento”, dice Manuel Barrantes. "Topolandia” "Topolandia” forma parte de su estilo, es su vida, que además la tiene abierta a los turistas que deseen disfrutar de ese pedacito de su creación y su dueño pasa horas mejorando su vivienda.

Vivir bajo tierra

Cuevas y troglod
fuente:http://www.decomundo.es/bioviviendas-vivir-bajo-tierra Escrito por lileka en dic 12, 2014 Las bioviviendas son una reactualización de la extendida tradición de tener una vivienda en una cueva. Son viviendas construidas bajo tierra siguiendo principios de sustentabilidad. Normalmente se trata de viviendas modulares de alta resistencia y fácil montaje, completamente equipadas, y que no requieren el sostén de una cueva. El coste de su construcción y el de mantenimiento es bastante inferior al de una casa en plantas convencional. Gastan un 90% menos de energía que una casa normal en lo que se refiere a su climatización ya que al ser viviendas subterráneas están naturalmente protegidas del calentamiento global. El frío y el calor no inciden en su interior. Además están protegidas de las lluvias ácidas, las bombas, los tornados, los incendios y los temblores del terreno. Estas casas aprovechan el propio terreno de la excavación para construir las paredes interiores. A éstas se aplican lozas de cemento para la contención de la excavación y madera para levantar las paredes divisorias, todo ello con un muy reducido impacto visual sobre el paisaje circundante y sin generar residuos. Su construcción puede demorarse aproximadamente unos 30 días. A pesar de estar semienterradas, estas viviendas reciben mucha luz natural gracias a sus pasos libres al exterior y esto contribuye a que, una vez dentro, no se tenga la sensación de estar bajo tierra. Generalmente su techo es ecológico, de plantas naturales. Suelen ser muy amplias y confortables. Para reducir aun más el consumo de energía se las puede equipar con una bomba de calor geotérmica, paneles fotovoltaicos y una turbina de viento para generar energía renovable. Estas viviendas bioclimáticas tienen algunas vulnerabilidades y desventajas, como ser el ser más proclives a ser inundadas, el de depender de un solo proveedor a la hora de ser reparadas ya que existen pocas empresas dedicadas a este tipo de construcciones, y la existencia de vacíos legales que hacen que pueda ser denegada su excavación. Por lo demás, todo parecen ser beneficios de cara a un futuro de fuertes cambios climáticos y en el que las fuentes fósiles de energía estarán muy limitadas.