martes, diciembre 18, 2012

Vivir en una cueva

fuente: http://www.imcyc.com/revistacyt/en11/vivienda.htm Vivir en una cueva El hombre encontró refugio en las cuevas desde la época prehistórica convirtiéndolas en su morada. Si bien primero se alojó en cuevas naturales, al poco tiempo comenzó a excavar viviendas en las laderas de cerros y montañas dando inicio así a la arquitectura subterránea y/o troglodita. En este mundo en el cual los avances tecnológicos han reformado estilos de vida a lo ancho y largo del orbe, las llamadas casas-cueva siguen siendo el hábitat de más de 60 millones de personas pues satisfacen las demandas mínimas que requiere el hombre para subsistir. Sin embargo, más allá de que en estas ancestrales moradas vivan familias humildes, hospedarse o vivir en una se ha convertido en una experiencia que cada vez gana más adeptos entre las personas que buscan acercarse de nuevo a la naturaleza para alejarse del bullicio de las grandes ciudades; eso sí, con todas las comodidades de la vida contemporánea. En la región sur de España, estas construcciones subterráneas se han convertido en pocos años en un producto no sólo para cubrir determinada demanda de vivienda sino que también son un atractivo turístico. Por su parte, en Suiza, el arquitecto Peter Vetsch, desde los años setenta diseña tanto casas unifamiliares como grandes urbanizaciones donde los residentes viven confortablemente bajo tierra. Ya sea para lograr la permanencia de las casas-cueva ancestrales o para erigirlas desde cero bajo la bandera de la arquitectura bioclimática, el uso de tecnologías como el concreto lanzado y el ferrocemento tiene un papel fundamental en su conservación y construcción.

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